lunes, 6 de julio de 2020

SOCIAL PROCESS/PROCESO SOCIAL


One of the most interesting aspects of this method is that it considers language a social process, ending the classical idea of communication as emitter-message-receiver. The model of social communication process differs from the classical models because, according to La Forge, one of Curran’s disciples: “[...] Communication is more than the simple transmission of a message from the emitter to the receiver. The speaker is, at the same time, both the subject and the object of his own message. [...] Communication not only supposes the unidirectional transfer of information to another person, but the relationship itself between speakers. [...] Communication supposes an exchange that would be incomplete without the reaction of the receiver of the message...” Another nuance pointed out by La Forge is the interactive – humanistic, I would say – aspect of language: “Language is people; language is people getting related; language is the answer by people.” Interactions between participants and the instructor and, when in groups, among the participants themselves, gradually become more intimate as the course progresses. The desire to share this increasing intimacy stimulates the participants to keep a good learning pace. At first, the relationship between the instructor and the participants is one of dependency in the professional, the participant asking the instructor what the latter wishes to say in the target language and the former helping to say it. Later, these interactions characterise by their self-affirmation; next, by resentment and indignation; eventually, tolerance; and finally, independence. These changes in the interactive relationship are interwoven in five language-learning phases and five affective-conflict phases.
According to Curran, the traditional concept of learning is not the appropriate one. On the one hand, learning is exclusively described as an intellectual process, hence ignoring the participation of the individual. On the other hand, in Behaviourism – which Curran describes as “animal learning” – the participants, if we may call them so, remain passive and their participation is very limited. Therefore, Curran defends a global, humanistic, and affective approach in foreign language learning, given that human learning is both cognitive and affective. I feel the instructor-participant relationship to be fundamental for the achievement of successful results.
Uno de los aspectos más interesantes de éste método, es considerar a la lengua como un proceso social, terminando con la idea clásica de comunicación que es emisor-mensaje-receptor. El modelo del proceso social de la comunicación difiere de los modelos clásicos porque, de acuerdo con La Forge, uno de los alumnos de Curran, “...la comunicación es más que la simple transmisión de un mensaje desde el emisor al receptor. El hablante es, al mismo tiempo, tanto el sujeto como el objeto de su propio mensaje... la comunicación supone no solamente la transferencia unidireccional de información a otra persona, sino la propia relación entre los hablantes... la comunicación supone un intercambio que resultaría incompleto sin la reacción del receptor del mensaje...”. Otro matiz que subraya La Forge es el aspecto interactivo, humanista, diría yo, de la lengua: “La lengua es gente; la lengua es personas en relación; la lengua es respuesta de personas”. Las interacciones entre los participantes y el instructor y cuando son grupos, entre los mismos participantes, van adquiriendo cada vez más intimidad a medida que va avanzando la clase. El deseo de compartir esta intimidad cada vez mayor estimula a los participantes a mantener un buen ritmo de aprendizaje. La relación entre el instructor y los participantes, es al principio de dependencia en el profesional, preguntando el participante al instructor lo que desea decir en la lengua objetivo y el instructor ayudando a decirlo. Posteriormente, estas interacciones se van caracterizando por su autoafirmación. Luego en resentimiento e indignación. Después en tolerancia. Y finalmente en independencia. Estos cambios en la relación interactiva se intercalan en cinco fases de aprendizaje de la lengua y cinco fases de conflictos afectivos.
Según Curran, el concepto tradicional de aprendizaje no es el adecuado. Por un lado se describe al aprendizaje únicamente como un proceso intelectual en menoscabo de la participación del individuo. Por otro lado, el conductismo, que Curran describe como “aprendizaje animal”, los participantes, si es que se les puede llamar así en este caso, permanecen pasivos y su participación es limitada. Curran defiende, por lo tanto, un enfoque global, humanista y afectivo, en el aprendizaje de lenguas extranjeras, ya que el aprendizaje humano es tanto cognitivo como afectivo. Siendo la relación instructor-participante fundamental para lograr un resultado exitoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario