Asher states that “[...] most of the target languages’ grammar and hundreds of vocabulary elements may be learned through the skilful use of the imperative by the instructor.” Hence, he considers the verb, and particularly the imperative verb, to be the central linguistic element round which the use and learning of the language are organised. The Total Physical Response method reminds me of the designs proposed by other behaviourist psychologists, for Asher still considers the stimulus-response model to be the theoretical basis of learning, basing it upon the teaching of foreign languages. However, for his “learning theory”, he takes into consideration the existence of what he calls an innate “biological” programme for language learning and also refers to brain lateralisation. I believe that Asher’s mistake, despite many highly valuable points, is to consider learning a first or second language as similar processes, further insisting that children develop oral comprehension competence before developing their oral expression abilities. It is true, and I agree, that in the primary phases of the first-language acquisition, the child is able to understand complex sentences which he cannot produce or imitate spontaneously. However, we must not rely on our intuitions so freely. It is necessary to watch the child’s reaction or response in detail. Most of the time, he will not be able to understand a complex sentence as a whole, although he apparently might give a right answer in the specific circumstance. But that does not express in any way that the child understood the whole meaning of the sentence. He rather associated, or guessed, what he was told. Similarly, Asher thinks that his method is directed towards learning through the right part of one’s brain. In his opinion, it is the right hemisphere which has to be developed for linguistic abilities through motoric activities related with this hemisphere, while the left hemisphere looks and learns. When the right hemisphere has been sufficiently experienced, the left hemisphere will unwillingly activate to produce language, initiating more abstract linguistic processes. Asher’s opinion with which I totally agree is the reduction of stress. A basic requirement in order to achieve a satisfactory learning of a foreign language, especially intensive, is the absence of stress. Asher rightly points out that acquisition of the first language takes place in a stress-free environment, whereas the language-learning milieu is what frequently provokes considerable stress in an adult. Therefore, it is essential for the instructor to take into account the stress factor if he really wants to achieve optimal results. However, one thing is to decrease stress by means of empathy or other psychological techniques, and another thing is not to correct the participants “in order not to create stress in them.” I think that any adult will understand that in a learning process, mistakes and corrections are an essential part of it.
Asher afirma que “...la mayor parte de la estructura gramatical de la lengua objetivo y cientos de elementos de vocabulario pueden aprenderse con el uso habilidoso del imperativo por parte del instructor”. Considera pues, al verbo, y particularmente al verbo en imperativo, como elemento lingüístico central alrededor del cual se organizan el uso y el aprendizaje de la lengua. El método de la Respuesta Física Total me hace recordar los diseños planteados por otros psicólogos conductistas, ya que Asher sigue considerando el modelo estímulo-respuesta como la base teórica del aprendizaje, fundamentándolo en la pedagogía de la enseñanza de lenguas extranjeras. Pero por otro lado toma en cuenta para su “teoría del aprendizaje” la existencia de lo que él llama un programa “biológico” innato para aprender lenguas y nos habla igualmente sobre la lateralización del cerebro. El error de Asher, creo yo, y a pesar de muchos puntos que son muy apreciables, es el considerar el aprendizaje de una primera o segunda lengua como procesos similares, insistiendo además, que los niños desarrollan la competencia en la comprensión oral antes de desarrollar sus habilidades de expresión oral. Es verdad, y estoy de acuerdo, en que en las primeras fases de la adquisición de una primera lengua, el niño puede entender oraciones complejas que no puede producir o imitar espontáneamente. Sin embargo, no confiemos en nuestras intuiciones tan desmesuradamente. Es necesario observar detalladamente la reacción o respuesta del niño. La mayor parte de las veces no estará capacitado para comprender una oración compleja en su totalidad, aunque nos podrá, aparentemente, dar una respuesta correcta en la circunstancia específica. Pero eso no expresa de ninguna manera que el niño comprendió el significado de la oración en toda su extensión. Más bien asoció, o adivinó, lo que se le dijo. Asimismo Asher piensa que su método va dirigido al aprendizaje a través de la parte derecha del cerebro. Es el hemisferio derecho el que debe ser desarrollado, según él, para las actividades lingüísticas a través de las actividades motoras relacionadas con este hemisferio, mientras el hemisferio izquierdo observa y aprende. Cuando el hemisferio derecho ha sido suficientemente experimentado, el izquierdo se activará involuntariamente para producir la lengua, iniciando procesos lingüísticos más abstractos. En lo que sí estoy totalmente de acuerdo con Asher es en la reducción del estrés. Un requerimiento elemental para lograr un aprendizaje satisfactorio de una lengua extranjera, y sobre todo intensivo, es la ausencia de estrés. La observación acertada de Asher de que la adquisición de la primera lengua tiene lugar en un entorno libre de presiones, mientras que el entorno de aprendizaje de una lengua por un adulto es lo que causa frecuentemente un estrés considerable. Es por lo tanto indispensable que el instructor tome en cuenta el factor estrés si efectivamente desea lograr resultados óptimos. Sin embargo, una cosa es disminuir el estrés por medio de la empatía y otras técnicas psicológicas, y otra cosa es no corregir a los participantes para “no crearles estrés”. Creo que cualquier adulto comprenderá que en un proceso de aprendizaje los errores y las correcciones forman parte esencial del mismo.
Asher afirma que “...la mayor parte de la estructura gramatical de la lengua objetivo y cientos de elementos de vocabulario pueden aprenderse con el uso habilidoso del imperativo por parte del instructor”. Considera pues, al verbo, y particularmente al verbo en imperativo, como elemento lingüístico central alrededor del cual se organizan el uso y el aprendizaje de la lengua. El método de la Respuesta Física Total me hace recordar los diseños planteados por otros psicólogos conductistas, ya que Asher sigue considerando el modelo estímulo-respuesta como la base teórica del aprendizaje, fundamentándolo en la pedagogía de la enseñanza de lenguas extranjeras. Pero por otro lado toma en cuenta para su “teoría del aprendizaje” la existencia de lo que él llama un programa “biológico” innato para aprender lenguas y nos habla igualmente sobre la lateralización del cerebro. El error de Asher, creo yo, y a pesar de muchos puntos que son muy apreciables, es el considerar el aprendizaje de una primera o segunda lengua como procesos similares, insistiendo además, que los niños desarrollan la competencia en la comprensión oral antes de desarrollar sus habilidades de expresión oral. Es verdad, y estoy de acuerdo, en que en las primeras fases de la adquisición de una primera lengua, el niño puede entender oraciones complejas que no puede producir o imitar espontáneamente. Sin embargo, no confiemos en nuestras intuiciones tan desmesuradamente. Es necesario observar detalladamente la reacción o respuesta del niño. La mayor parte de las veces no estará capacitado para comprender una oración compleja en su totalidad, aunque nos podrá, aparentemente, dar una respuesta correcta en la circunstancia específica. Pero eso no expresa de ninguna manera que el niño comprendió el significado de la oración en toda su extensión. Más bien asoció, o adivinó, lo que se le dijo. Asimismo Asher piensa que su método va dirigido al aprendizaje a través de la parte derecha del cerebro. Es el hemisferio derecho el que debe ser desarrollado, según él, para las actividades lingüísticas a través de las actividades motoras relacionadas con este hemisferio, mientras el hemisferio izquierdo observa y aprende. Cuando el hemisferio derecho ha sido suficientemente experimentado, el izquierdo se activará involuntariamente para producir la lengua, iniciando procesos lingüísticos más abstractos. En lo que sí estoy totalmente de acuerdo con Asher es en la reducción del estrés. Un requerimiento elemental para lograr un aprendizaje satisfactorio de una lengua extranjera, y sobre todo intensivo, es la ausencia de estrés. La observación acertada de Asher de que la adquisición de la primera lengua tiene lugar en un entorno libre de presiones, mientras que el entorno de aprendizaje de una lengua por un adulto es lo que causa frecuentemente un estrés considerable. Es por lo tanto indispensable que el instructor tome en cuenta el factor estrés si efectivamente desea lograr resultados óptimos. Sin embargo, una cosa es disminuir el estrés por medio de la empatía y otras técnicas psicológicas, y otra cosa es no corregir a los participantes para “no crearles estrés”. Creo que cualquier adulto comprenderá que en un proceso de aprendizaje los errores y las correcciones forman parte esencial del mismo.
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