Given that this method is found within the Humanistic/Affective Model-Approach, we can see that, to Gattegno, learning a target language is a personal growth process in which the participant achieves this growth as a derivation of the development of discernment of his own abilities and the personal challenge implied in learning a new language. At first, a systematic analysis by means of trial and error takes place in the beginner. Later, through the direct experience of practice, mastering the foreign language is achieved. For this reason, the fundamental role of the instructor is to stimulate the autonomy of the participant by helping him with alternatives in different circumstances. According to this principle, the absence of corrections in the Silent Way forces the participants to develop “inner criteria” and self-correction. Likewise, in this method, the absence of explanations forces the participant to make generalisations, to arrive at his own conclusions, and to formulate the rules he considers necessary. Consequent with these principles, Gattegno recommends the instructors refraining from their tendency to form, reform, support, and direct the responses by the participant. Therefore, this method conceives teaching as the unique exposition of an element, usually recurring to visual help in order for meanings to be understood. And when an answer is incorrect, the instructor tries, according to this model, that the enunciate be modified, or “[...] will ask another pupil to present the correct model.”
Ya que se encuentra este método dentro del modelo-enfoque Humanista/Afectivo, podemos ver que para Gattegno el aprendizaje de la lengua objetivo es un proceso de crecimiento personal en el cual el participante logra tal crecimiento como derivación del desarrollo del discernimiento de las propias capacidades y el reto personal que implica el aprender una lengua nueva. Al principio, se da en el principiante un análisis sistemático por ensayo y error. Más tarde por la experiencia directa con la práctica se va adquiriendo el dominio de la lengua extranjera. Por lo que el papel fundamental del instructor es estimular la autonomía del participante auxiliando con alternativas en las diferentes circunstancias. Según este principio, la ausencia de correcciones en la Vía Silenciosa obliga a los participantes a desarrollar “criterios internos” y a que se corrijan ellos mismos. Igualmente, en este método, la ausencia de explicaciones obliga al participante a hacer generalizaciones, llegar a sus propias conclusiones y formular las reglas que ellos mismos consideran necesarias. Consecuentemente a estos principios, Gattegno recomienda a los instructores a que se resistan en su tendencia a formar, reformar, apoyar y dirigir las respuestas del participante. Así que por enseñanza, se entiende en este método la presentación de un elemento una sola vez, normalmente usando ayudas visuales para que se entienda el significado. Y cuando una respuesta es incorrecta, el instructor intenta, según este modelo, que se modifique el enunciado o “...pedirá a otro alumno que presente el modelo correcto”.
Ya que se encuentra este método dentro del modelo-enfoque Humanista/Afectivo, podemos ver que para Gattegno el aprendizaje de la lengua objetivo es un proceso de crecimiento personal en el cual el participante logra tal crecimiento como derivación del desarrollo del discernimiento de las propias capacidades y el reto personal que implica el aprender una lengua nueva. Al principio, se da en el principiante un análisis sistemático por ensayo y error. Más tarde por la experiencia directa con la práctica se va adquiriendo el dominio de la lengua extranjera. Por lo que el papel fundamental del instructor es estimular la autonomía del participante auxiliando con alternativas en las diferentes circunstancias. Según este principio, la ausencia de correcciones en la Vía Silenciosa obliga a los participantes a desarrollar “criterios internos” y a que se corrijan ellos mismos. Igualmente, en este método, la ausencia de explicaciones obliga al participante a hacer generalizaciones, llegar a sus propias conclusiones y formular las reglas que ellos mismos consideran necesarias. Consecuentemente a estos principios, Gattegno recomienda a los instructores a que se resistan en su tendencia a formar, reformar, apoyar y dirigir las respuestas del participante. Así que por enseñanza, se entiende en este método la presentación de un elemento una sola vez, normalmente usando ayudas visuales para que se entienda el significado. Y cuando una respuesta es incorrecta, el instructor intenta, según este modelo, que se modifique el enunciado o “...pedirá a otro alumno que presente el modelo correcto”.
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