miércoles, 17 de septiembre de 2014
martes, 29 de julio de 2014
Cámara de Comercio Hispano-Danesa: Carlos Valle Romo CENTRO ELEUSIS, medlem, Intervie...
Cámara de Comercio Hispano-Danesa: Carlos Valle Romo CENTRO ELEUSIS, medlem, Intervie...: Lær spansk via dybdeafspænding Carlos Valle Romo, CENTRO ELEUSIS Psykolog har stor succes med at lære folk at tale spansk ”Vi...
lunes, 21 de julio de 2014
Cámara de Comercio Hispano-Danesa: Centro Eleusis (medlem) Interview med cand. psyk....
Cámara de Comercio Hispano-Danesa: Centro Eleusis (medlem) Interview med cand. psyk....: En fantastisk indlæringsmetode som er udviklet af Carlos Valle Romo selv. I interview'et i Solkysten kommenteres: Er du...
domingo, 20 de julio de 2014
jueves, 3 de julio de 2014
ACTIVACIÓN DE LA MEMORIA
ACTIVACIÓN DE LA MEMORIA
Siguiendo la línea planteada de un modelo de
Sistema Abierto para la enseñanza/aprendizaje de idiomas dentro de un marco
enfocado hacia el aprendizaje acelerativo, he de encarar fríamente los
“problemas de memorización” que tanta literatura científica y pseudocientífica
ha ido produciendo durante las últimas décadas.
Al encontrarse el participante actuando
activamente durante la formulación de oraciones personales sobre muy diversos
temas espontáneos, él mismo va comprendiendo lógicamente la forma de construir
tales oraciones y todas las nuevas que irá produciendo durante el resto del
curso. Recordemos que su referencia es su propio idioma, de ahí que para
aprender a comunicarse no necesite explicaciones teóricas de carácter
gramatical descriptivo, sino que se irá comparando desde el primer día del
curso la lengua objetivo con la lengua vernácula del participante.
Hasta los mismos errores deben ser
traducidos con los principiantes, ya que esto les ayuda mucho a evitar errores
típicos y a familiarizarse con la lengua como por ejemplo, el verbo
“telefonear”en español. La mayoría de los principiantes caerán en la trampa de
decir “Yo teléfono”, lo cual es erróneo y suena en español como si se dijera en
inglés “I am a telephone” o en danés “Jeg er en telefon”. Estos tipos de
errores, además de estimular la risa en los participantes creando así un buen
ambiente amistoso, son también importantes de usarlos para que los
participantes comparen cómo se oirían expresiones comunes, erróneamente, usadas
por los extranjeros en su propia lengua. Tal discernimiento los estimula a
poner más atención en los pequeños detalles tanto fonéticos así como
sintácticos y semánticos, pues es obvio que no querrán hablar la lengua
objetivo como lo hacen los extranjeros que intentan hablar, erróneamente, en su
lengua. Aquí, el miedo al ridículo juega un papel relevante psicológicamente,
estimulando a la persona a pronunciar las palabras de la mejor manera posible,
estructurar las frases y oraciones con la mayor coherencia posible e igualmente
construir sus ideas completas con la mayor congruencia posible.
En el ejemplo anteriormente citado, le indica
al mismo tiempo al participante que en todos los verbos regulares debe
pronunciarse hasta la última letra antes
de llegar a la terminación de la forma infinitiva, colocando la terminación
pertinente según el pronombre personal que corresponda. Bueno, pues en lugar de
darle una explicación tan rimbombante al participante
como la que he dado, se le dice simplemente”Cuidado, yo teléfono es como si yo
dijera en su idioma: I am a telephone”. Una vez pasada la carcajada inicial la
persona rápidamente se pone más atenta al conjugar los verbos.
Con lo antes dicho, tenemos que partir de la
base de que sabemos de antemano que en cualquier país europeo o en todo caso
cualquier país donde predomine la cultura occidental, el 80% o más de sus
habitantes desconocen la gramática descriptiva de su propio idioma. Por lo que
es totalmente ilógico intentar enseñar una lengua nueva basándose en reglas
gramaticales y aún peor, usando “explicaciones gramaticales” que no son para el
común de los mortales sino para especialistas en Lingüística o Filología.
Debemos tomar en cuenta que toda la gente que quiere aprender un idioma
extranjero de forma acelerada está interesado única y exclusivamente en
comunicarse en esa lengua objetivo y no en ser especialista fonético, ni
morfosintáctico ni mucho menos semántico. Lo único que se pretende es hablarlo
y comprenderlo. Una vez controlando el habla, a lo mejor sí le apetece después
escribirlo correctamente, entonces sí le recomendaría un pequeño libro de
Gramática para ir conociendo las reglas de la escritura. Pero en ese momento ya
no necesita ningún instructor de idiomas, porque ya domina la lengua, y lo que
tiene que hacer es capacitarse para escribir con habilidad. Es prácticamente de
la misma forma en la que nosotros aprendimos a estudiar la gramática en nuestra
propia lengua. Es decir, las clases de Gramática pura y dura comenzaron cuando
ya teníamos unos 7 u 8 años de edad. En ese momento ya estábamos preparados
tanto mentalmente como lingüísticamente
para analizar y profundizar en nuestra propia lengua, o sea, que ya la
hablábamos casi a la perfección desde el punto de vista de hablantes nativos.
Todo lo anterior lo he comprobado
fehacientemente. De verdad que hay personas, por otra parte muy exitosas en su
vida profesional y social, que no tienen ni la menor idea de lo que es un
Artículo Indeterminado o un Artículo Determinado. Consecuentemente, la forma
más correcta de enseñar tales elementos esenciales para construir oraciones
coherentes, es por medio de la comparación con su propia lengua. Así, en lugar
de hablar sobre Artículos Determinados a un participante inglés, lo mejor será
decirle que “the” es en español “el/la/los/las” induciéndole por medio de
ejercicios espontáneos a comprender sus connotaciones de Género y Número, ahorrando
un tiempo precioso en la rapidez de la comprensión morfosintáctica. Todos los
ejercicios que vayan surgiendo espontáneamente deben tener su correlativo en la
lengua del participante, especialmente, como he dicho antes, en los primeros
niveles.
El otro lado de la moneda, es decir, enseñar
sin gramática descriptiva pero utilizando únicamente la lengua objetivo desde
el primer día, es obviamente una pérdida total de tiempo y energía. Y de hecho
he comprobado que aquellos institutos que usan tal método se debe simple y
llanamente a que sus instructores no hablan sino la lengua objetivo. No dominan
ninguna otra lengua. Lo cual, en mi opinión, parece una desfachatez aberrante
ya que sabemos de antemano que cualquier adulto necesita una “explicación” de
algún tipo en su propia lengua incluso en niveles intermedios. Los
participantes a los cuales he enseñado inglés o español y que antes habían
participado en cursos donde les “vendieron” la idea del “Método Natural”, me
comentan siempre que el primer día estaba muy bien pues eran las cosas más
sencillas como el”buenos días-buenas tardes-buenas noches”, pero en el momento,
o sea, desde el tercer o cuarto día, en que se comenzaba a complicar el diálogo
del texto, la comprensión era ínfima ya
que más bien se trataba de un proceso de adivinanzas, haciendo el instructor de
payaso intentando expresar con mímica por ejemplo: “Mañana voy a trabajar por
la mañana, pero no por la tarde”.
¡A ver cómo se explica eso con mímica! Con lo cual nunca se sabía con certeza
lo que intentaba decir el instructor o el texto del “Método Natural”.
Una vez que hayan comprendido los
principiantes la lógica de la lengua objetivo por medio de ejercicios
fonéticos, morfosintácticos y semánticos, será el momento en el que lo que
llamamos “Retención Memorística” comenzará a funcionar. Antes no. Es imposible
recordar cosas que no comprendemos. Nuestra memoria no trabaja acumulando datos
ilógicos. Al contrario, para nuestra memoria es esencial que la información con
la que se trabaja en un momento dado tenga una lógica total y sea lo más
transparente posible. De ahí que todos
esos cursillos de “mejore su memoria” o “ejercite su memoria” no entran para
nada en mi forma de percibir la enseñanza de idiomas, ni de ningún otro tipo de
enseñanza. Y ese fue uno de los errores fundamentales de Lozanov con su Método Sugestológico.
Para Lozanov era esencial que las personas “memorizaran” cientos y miles de
palabras durante sus sesiones. El pequeño pero trascendental error consiste en
no comprender que para dominar un idioma extranjero no se trata de saber de
memoria un sinfín de palabras, sino de aprender desde el primer momento a
estructurar coherentemente las palabras
conocidas con el fin de crear una oración correcta. Estructurando
congruentemente las oraciones que se van produciendo con la finalidad de crear
una conversación razonable y fluida. Este proceso es el que yo llamo proceso de
Espontaneidad en el Habla, sobre el cual hablaré en el Capítulo 8.- Método
Hipnagológico.. Lo importante no es el número de palabras que se “recuerden” en
un momento dado, sino en aprender a usar las palabras ya “recordadas” en muy
diversas situaciones de manera espontánea. El hecho de saber muchas palabras en
la lengua objetivo no supone para nada que la persona hable en dicha lengua con fluidez y correctamente.
De hecho, muchos de los participantes que vienen a mis clases de español saben infinidad de palabras en la lengua
española ya que han vivido en España durante 5 o 10 o 15 o 20 o aún (que los he
tenido) 25 años. Obviamente estos individuos habían escuchado y aprendido
muchas palabras. Y habían participado en muchos cursos convencionales, etc. Sin
embargo, vinieron a mí porque lo que les faltaba era aprender a construir
oraciones coherentes y entablar conversaciones congruentes. Tenían errores tan
graves como decir: “Yo gusto” que
traducido al inglés sería algo así como “me like” o al danés “mig kan lide”.
Dicha expresión, al haberse utilizado durante tantos años sin darse cuenta de
que era errónea, encontrándose el hábito fuertemente arraigado, es bastante
difícil quitarla del léxico del participante. Con éste tipo de participantes,
dicho sea de paso, es muy difícil trabajar pues primero es menester “limpiar”
todos sus errores adquiridos a través de tantos años y después enseñarles a
hablar con propiedad.
Por lo que, resumiendo, memorizar material
que no tiene sentido para el
participante es una pérdida de tiempo y al final el mismo participante cree
subjetivamente que tiene “mala memoria”,
que “ya está muy viejo para aprender un idioma extranjero”, y muchas otras
falsas conclusiones que frustran e inhiben a las personas en su intento de
aprender algo nuevo. Sin darse siquiera cuenta de que es debido al método o los
métodos con lo que han intentado enseñarle. Tan es así que cuando vienen a mis cursos hay muchos participantes
que me comentan que han estado usando siempre (durante muchos años) la forma
verbal del Presente Simple únicamente. “Y claro, la gente me comprende”, me comentan,
“pero ahora que ya sé y uso el Pasado y el Futuro me doy cuenta de lo ridículo
que se oía”. Lo típico de, por ejemplo: “Ayer voy a la playa”, que traducido al
inglés sería: “Yesterday I go to the beach”, o en danés: “I gaar, gaar jeg paa
stranden”.
En muchos cursos me he quedado boquiabierto
al comprobar que participantes de 78 y aún 82 años tenían una capacidad
memorística fantástica. Pero por supuesto, primero tenían que comprender
lógicamente el contenido de lo expuesto y era entonces cuando su memoria
comenzaba a funcionar a las mil maravillas. No estoy diciendo que retenían tan
rápidamente como un participante de 20 años o menos. No, pero retenían la mayor
parte del material dado y aprendían a usarlo de una forma eficaz en su entorno
social. Y eso, creo yo, es lo esencial.
Por lo que, una vez comprendida la lógica
interna de la lengua objetivo la memoria se activa. Esta activación de la
memoria, por medio de la lógica, implica que el organismo aprende por
experiencia. El participante mismo debe “descubrir” esa lógica en la lengua objetivo.
Siendo el trabajo del instructor el guiarlo hacia ese “descubrimiento”. Cuando
aparece la experiencia del “Ajá”
y se da cuenta el participante de lo mecánico que es en sí, por ejemplo, todo
el procedimiento conjugativo de los verbos regulares en español
es cuando su memoria se dispara y es un placer para el participante crear
infinidad de oraciones “jugando” con esos verbos regulares creando verdaderas
conversaciones espontáneas con el instructor. En el momento en el que el
participante ha asimilado la mecánica de los verbos regulares, entonces sí, le
voy enseñando, poco a poco, los irregulares, es decir, las excepciones. Hacer
lo contrario es absurdo. Muchos
participantes en mis cursos me han comentado que lo primero que aprendieron en
español fue el verbo “ser” (to be) que es irregular. Y aparte de que se
tardaron varios días en “memorizar” el susodicho verbo, pensaron que todos los
verbos en español eran de esas características, es decir, que no había ninguna
mecánica lógica, lo cual no es el caso en la gran mayoría de los verbos.
De ahí que yo siga la idea chomskiana de que
el lenguaje es una actividad creativa me
parece del todo correcta. Siendo el papel de motivador del instructor esencial.
Sin un buen motivador cualquier curso intensivo de idiomas está destinado al
fracaso. Como expliqué antes, el interés del participante ya existe de hecho,
se podría decir, de forma innata, siendo su actuación la que produce la energía
necesaria para aprender rápidamente. Pero si la actuación no es retroalimentada correctamente,
espontáneamente y eficazmente por el instructor, el interés decae mucho y los
resultados ya no son los mismos. El instructor debe conocer en todo momento la
estructura cognitiva específica del participante, la misma que debe poseer lo
que David Ausubel (1983) denomina como “significado lógico”, debiendo ser
relacionable de manera intencional y substancial con la etapa correspondiente y
pertinente que se encuentra disponible en la estructura cognitiva del
participante en un momento dado. Este “significado lógico” se refiere
obviamente a las características inherentes de los elementos que se van a
aprender y a la naturaleza de los mismos.
Esta forma de aprender parece ser que ya existía (aunque no en la
enseñanza de idiomas, desgraciadamente) en la Antigua Grecia. La oralidad
mimética se desarrolló en Grecia desde el siglo VIII a.c. con las obras
homéricas, las cuales eran aprendidas de memoria por los alumnos. La escritura
casi no se usaba, sino que todo mensaje de la vida cotidiana requería de un
esfuerzo de oralidad mimética. De ahí el
desarrollo de la poesía en la Antigua Grecia donde la rima en verso ayuda mucho
a la memorización rápida y eficaz. Tal concepción fue desplazada paulatinamente
durante la época de Platón (siglo IV a.c.) conociéndosele como oralidad
dialéctica. Fue, digamos, la
culminación de la metodología socrática del diálogo refutatorio y
mayéutico. Así nació y se desarrolló una
forma diferente de oralidad. Una oralidad creada por los filósofos: La oralidad
dialéctica, utilizada de forma exclusiva por Tales de Mileto y por Sócrates,
tenía como finalidad el estimular el pensamiento lógico del individuo. De
hecho, el desarrollo pleno de la oralidad dialéctica es el fundamento de
nuestra llamada cultura occidental. El uso de la lógica en el aprendizaje y no
sólo la pura y simple repetición de la oralidad mimética que es, como he dicho antes, importante pero sólo
usándola de forma esporádica y no dándole una importancia desmesurada, hizo que
la oralidad dialéctica haya influido igualmente en el desarrollo de la
escritura. Todos los textos escritos tienen que estar relacionados de alguna
manera con el mundo del sonido que es el ambiente natural del lenguaje. Es
verdad que la escritura ha creado la civilización, pero también es cierto que
“leer” un texto significa convertirlo en sonidos, en voz alta o leyéndolo
mentalmente, sílaba por sílaba. La escritura nunca puede prescindir de la
oralidad, siendo la oralidad dialéctica la que hace que comprendamos
lógicamente los mecanismos inherentes en determinado sistema, en nuestro caso,
una lengua nueva. En tanto que la oralidad mimética, sin restarle importancia,
llega a formar parte de un Sistema Abierto de la oralidad dialéctica, y no al
contrario. Me explico: La buena memorización depende de la buena lógica del
contenido. Es necesario primero comprender las cosas y luego memorizarlas. No
como se hacía en la época de Homero,
en donde los niños aprendían “de memoria” diversos episodios de la Ilíada y la
Odisea para recitarlos en público sin comprender absolutamente nada de su
significado lógico. La oralidad dialéctica, afortunadamente, dio término a
dicho estado de cosas. Sin embargo, parece ser que con la caída del Imperio
Romano y la aparición de la Edad Media, el método de la oralidad dialéctica de
quedó en el olvido.
Con lo anteriormente expuesto espero que
quede claro que el papel del instructor en cursos acelerativos de idiomas debe
ser el de un facilitador y no un inhibidor. Siendo obvio que el conocimiento
por parte del participante de su lengua materna facilita la tarea hacia el
conocimiento de la lengua objetivo. El concepto chomskiano de “competencia”
viene en sí mismo integrado en la lengua vernácula del participante. Siendo
igualmente obvio que durante el proceso del curso el participante aprenda a
aplicar sus propias estrategias de instrucción. Es necesario desarrollar la
capacidad, por parte del instructor, de permitir que las estrategias, quizás
innatas, del participante, dictaminen nuestra forma de enseñar en un momento y
circunstancia determinados y que dicho participante determine asimismo nuestro
Sistema Abierto. Es más eficaz, por la rapidez de los resultados y demás
connotaciones psicológicas ya expuestas, aprender a adaptarse a las necesidades
del participante que imponerle e inhibirle con nuestras ideas preconcebidas de
cómo debe aprender, qué debe aprender y cuándo lo debe aprender siguiendo todo
esto en un simple “libro de texto” diseñado por los “expertos” de turno. Creo
que la idea queda aún más precisa y explícita con lo que afirmó en su
momento Von Humboldt: “ En realidad, no podemos enseñar
una lengua, sino que sólo podemos crear las condiciones en las que se
desarrolle de forma propia y espontánea en la mente. Nunca podremos mejorar
nuestra habilidad para crear tales condiciones favorables hasta que sepamos más
acerca del modo en el que un alumno aprende y de las características de su
programa interno”.
La estructura latente del lenguaje descrita
ya por Eric H. Lenneberg (1967), nos lleva a concluir la misma aseveración
respecto a un Sistema Abierto de enseñanza/aprendizaje. Por supuesto que
existe, creo yo, una estructura psicológica latente que está esperando el
momento de ser activada cuando un adulto intenta producir oraciones y diálogos
en la lengua objetivo que está aprendiendo. Siendo parte integrante de ésta
estructura psicológica, y hasta me atrevería a decir fisiológica, latente, la
propia lengua del participante. Esto lo tengo confirmado de igual manera por la
certeza de que la lengua más “difícil” de aprender para un adulto, es la
segunda lengua, pues toda la información al principio es totalmente nueva para
el principiante que habla solamente una lengua. Pero para aquellos
principiantes que dominan dos lenguas, aprender una tercera es ya más fácil. Y
una cuarta es todavía más fácil, etc. Por eso cuando la gente me pregunta qué
nacionalidad es la “mejor” o la “peor” para aprender idiomas, les contesto
tajantemente que no se trata tanto de nacionalidades sino del número de idiomas
que la persona domina con antelación. Sin importar si las lenguas tienen alguna
correlación o no. Me explico: He tenido participantes que han hablado
perfectamente portugués y francés, por ejemplo, y debido a la semejanza de
éstas dos lenguas latinas con el español, el curso les ha sido totalmente fácil
desde el primer momento, dejándose ver los resultados rápidamente. Igualmente
he tenido participantes que dominaban perfectamente el finlandés, el ruso y
el sueco, por ejemplo, y han sido tan
rápidos como los otros que dominaban las lenguas latinas, ya que estaban
conscientes en todo momento de que lo
que tenían que hacer era envolverse plenamente y enteramente en un sistema
lingüístico nuevo, y nada más. De ahí que las inhibiciones, temores, etc., de
los participantes que hablan una sola lengua no existan y el aprendizaje sea
más fluido.
De igual manera, he tenido participantes que
han hablado siete u ocho idiomas al venir aquí conmigo y han alcanzado en 50
sesiones el nivel 3.
Si tomamos en cuenta que para un participante normal llegar al nivel 3 se
requieren 150 sesiones, se puede muy bien apreciar la diferencia. Además quiero
añadir que esas personas que aprendieron de forma radicalmente vertiginosa eran
de países tan diversos como Holanda, Irán y Sudáfrica.
Ahora ya podemos corroborar que el
aprendizaje debe conducir a un cambio significativo de la experiencia,
parafraseando a David Ausubel (1983), es decir, debe ser más que un simple
cambio de conducta. Debe enriquecer al participante en todos los sentidos. No
sólo, en nuestro caso, en la adquisición de una lengua nueva en un período de
tiempo a corto plazo, sino también y consecuentemente, diría yo, un desarrollo
personal que dote al participante de una autoconfianza cada vez más
satisfactoria y saludable en su desenvolvimiento en la lengua objetivo y en la
totalidad de su personalidad de forma directa. El uso de lo que yo considero
como la memoria creativa, compaginada con la oralidad dialéctica, es la base
misma del Proceso de Espontaneidad en el Habla, que será posteriormente
analizado.
miércoles, 4 de junio de 2014
viernes, 9 de mayo de 2014
MEMORY ACTIVATION
Following the guideline of
an Open System model for language teaching/learning within a frame focused
towards accelerated learning, I must objectively deal with the “memorisation
problems” which so much scientific and pseudo-scientific literature has been producing
during the last decades.
As
the participant finds himself actively acting during the formulation of
personal sentences about many diverse and spontaneous themes, he logically
understands the way to construct such sentences and all new sentences he will
eventually produce during the rest of the course. Let us remember that his
reference is his own language; therefore, he does not need theoretical
descriptive grammar explanations in order to learn to communicate. Instead, the
target language of the course will be gradually compared with the mother tongue
of the participant. Even the
same mistakes must be translated with the participants, given that this helps
them avoid typical errors and get familiarised with the language, as for
example, the verb “telefonear” in Spanish. Most of the
participants will fall in the trap of saying “Yo teléfono,” which is incorrect and sounds in Spanish as
if someone said in English “I am a telephone” or in Danish “Jeg er en telefon.” These types of mistakes, besides stimulating laughter in the
participants, thus creating a friendly environment, are useful in order for
them to compare how ordinary expressions would sound if they were mistakenly
used by foreigners in their own language. Such discernment stimulates them, so
they will pay more attention to little phonetic, syntactic, and semantic
details, for it is obvious that they would not like to speak the target
language as foreigners do when the latter speak incorrectly their own language.
Here, fear of shame plays a relevant psychological role, stimulating the
participant to pronounce words the best way possible, to structure phrases and
sentences with the greatest coherence possible and, likewise, to construct
complete ideas with the best congruence possible.
In
the example given above, the instructor simultaneously indicates the
participant that even the last letter must be pronounced, when he is dealing
with any regular verb, before reaching the infinitive form’s ending, placing
the appropriate ending depending on the corresponding personal pronoun. Well,
instead of giving the participant such a grandiose explanation
as this one, he is simply told “Careful: ‘yo teléfono’ is as if I said ‘I am a telephone’
in your language.” Once the initial laughter is gone, the person immediately
pays more attention to verb conjugation.
We have to face the known fact that, in any European
country, or more generally, in any country where Western culture is dominant,
80% of its inhabitants ignore their own language’s descriptive grammar. Therefore,
it is illogical to try to teach a language based upon grammar rules and it is
even worse to use “grammar explanations” which are not adequate for a common
mortal, but rather for Linguistics and Philology specialists. We must take into
account that all people who want to learn a foreign language by means of an accelerated
course are only and exclusively interested in communicating in that target
language, not in becoming phonetic, morphosyntactic, or – even less – semantic
specialists. The only thing intended is to speak it and understand it. Once the
participant controls his speech, perhaps he will later like to write it
correctly, for which purpose I would recommend him a little grammar in order to
know writing rules. But in that moment, he will not need any language
instructor, for he already masters the language, and what he has to do is to
train himself to write it skilfully. It is practically the same way in which we
learned to study grammar in our own language. In other words, pure and formal
grammar courses started when we were 7 or 8 years old. In that moment, we were
both mentally and linguistically ready to analyse and delve into our own
language – we already spoke it almost perfectly from a point of view of native
speakers.
I
have indeed reliably confirmed all this. It is true that there are people who,
although they are very successful in their professional and social life, have
no idea about what an Undetermined or a Determined Article is. Consequently,
the most correct way to teach those essential elements in order to construct
coherent sentences is through comparison with their own language. Thus, instead
of talking to an English participant about Determined Articles, it would be
better to tell him that “the” is “el/la/los/las” in Spanish, inducing him by means of
spontaneous exercises to understand its Gender and Number connotations, saving
him precious time that would otherwise be devoted to morphosyntactic
comprehension. All the exercises that spontaneously arise must have their
counterpart in the language of the participant – especially, as I said before,
in the basic levels.
The
other side of the coin, i.e. teaching without descriptive grammar but only
using the target language from the first day, is obviously a waste of time and
energy. Indeed, I have confirmed that those institutes which use such method
only and plainly use it for one reason: their instructors do not speak but the
target language. They do not master any other language. This, in my opinion, is
an aberrant cynicism, given that we already know that any adult needs an “explanation”
of some kind in his own language even at intermediate levels. Participants to
whom I have taught English or Spanish who had previously participated in courses
where they were “sold” the idea of the “Natural Method” always tell me that
things went very well on the first day, given that things were as easy as “good
morning-good afternoon-good night,” but from the time when the text’s dialogue
became complicated – third or fourth day – comprehension was minimal, given
that it was a process of guessing, the instructor playing the clown trying to
mimic things as, for example, “Mañana voy a trabajar por la mañana, pero no por la tarde.”
Show me how one can explain that with mimics! This way, nobody was really sure of
what the “Natural Method” instructor or text was trying to say.
Once
the beginners have understood the logic of the target language by means of
phonetic, morphosyntactic, and semantic exercises, it will be time for what we
call “Memoristic Retention” to start operating, not before. It is impossible to
remember things which we do not understand. Our memory does not work by accumulating
illogical data. On the contrary, it is essential for our memory that the
information with which it is working in a given moment is totally logical and
as transparent as possible. Therefore, all those fake courses about “improving
your memory” or “exercising your memory” have no room in any way whatsoever in
the way I perceive language teaching or any other type of teaching. And that
was one of the fundamental errors of Lozanov with his
Suggestological Method.
To Lozanov, it was essential that people would “memorise” hundreds and
thousands of words during his sessions. The small but transcendental mistake
consists in not understanding that, in order to master a foreign language, the
goal is not to learn “by heart” a countless number of words, but rather to
learn from the first moment how to coherently structure known words in order to
create a correct sentence, congruently structuring the sentences being produced
with the intention of creating a reasonable and fluent conversation. I call
this the Process of Speech Spontaneity. The important aspect is not the number of words that a
participant “remembers” in a given moment, but rather learning how to
spontaneously use already “remembered” words in many different situations. The
fact of knowing many words in the target language does not imply at all that
the person is able to speak that language fluently and correctly. Indeed, many
participants coming to my Spanish courses know a great number of words in
Spanish and have lived in Spain during 5, 10, 15, 20, or – I have had some – 25
years. Obviously, these individuals had listened and learned many words and had
participated in many conventional courses, etc. Nevertheless, they came to me
because what they needed was to learn to construct coherent sentences and hold
congruent conversations. They made such huge mistakes as “Yo gusto,” which translated to English would be
something as “me like” or the Danish “mig kan lide.” Such expression, as it was used
for many years without ever realising that their strongly rooted habit was a
mistake, is very hard to erase from the participant’s lexicon. By the way, it
is very difficult to work with this kind of participants: one must first “clean”
all the errors they have acquired throughout so many years and then teach them
to speak properly.
For
this reason, in brief, memorising material which makes no sense for the
participant is a waste of time and, in the end, the participant subjectively
believes he has a “bad memory,” given that “he is already too old to learn a
foreign language,” as well as many other false conclusions which frustrate and
inhibit people in their attempt to learn something new. They do not even
realise that this is due to the method or methods with which they have been
tried to be taught. This is so true, that when participants come to my courses,
many amongst them tell me that they always – for many years – have been only
using the Simple Present tense. “And clearly, people understood what I meant,”
they tell me, “but now that I know how to use the Past and Future tenses, I
realise how ridiculous I sounded.” A typical example would be: “Ayer voy a la playa,” which translated to English would
be “yesterday I go to the beach” or Danish, “I går, går jeg på stranden.”
In
many courses, I have been astonished to find out that many participants between
the ages of 78 and 82 had a fantastic memory capacity. But of course, they
first had to logically understand the contents of what was being exposed and
then their memory started to operate wonderfully. I am not at all saying that
they retained information as quickly as participants aged 20 would. They did
not, but they retained most of the given material and learned how to use it
effectively in their social environment. And that, I believe, is the essential
aspect of their achievement.
Therefore,
once the inner logic of the target language is understood, memory activates
itself. This activation of memory, by means of logic, implies that the organism
learns through experience. The participant himself has to “discover” that logic
in the target language. The instructor’s duty is to guide him towards that “discovery.”
When the “Aha"
experience takes place and the participant realises how mechanical the
procedure indeed is, as it happens, for example, with all regular verb conjugation
in Spanish, his
memory triggers and the fact of creating an infinite number of sentences as he “plays”
with these regular verbs is a real pleasure for the participant, enabling him
to create true spontaneous conversations with the instructor. When the
participant has assimilated the mechanics of regular verbs, I actually proceed
to teach him, little by little, irregular verbs – exceptions. Doing the
opposite
is absurd. Many participants in my courses have told me that the first thing
they had learned in Spanish was the verb “ser” (to be), which is irregular. And
besides having spent several days “memorising” said verb, they thought that all
Spanish verbs possessed such characteristics (they thought there was no logical
mechanics), which is not true for the vast majority of verbs.
This is why I find the Chomskian
idea that language is a creative activity as totally correct. The instructor’s
role as a motivator is essential. Without a good motivator, any intensive
language course would be doomed to fail. As I explained before, it could be
said that the participant’s interest indeed already exists innately, his acting
being the one to produce the necessary energy to learn quickly. However, if the
instructor does not give the proper spontaneous and effective feedback to
acting, interest declines drastically and results, consequently, are not the
same. The instructor must know at all times the specific cognitive structure of
the participant, the one which must possess what David Ausubel called “logical
meaning,” which we must be able to intentionally and substantially relate to
the corresponding and pertinent stage in which the cognitive structure of the
participant is available in a given moment. This “logical meaning” obviously
refers to the inherent characteristics of the elements to be learned and to
their nature.
This
way of learning apparently existed already – although not for language
teaching, unfortunately – in Ancient Greece. Mimetic poetry was first developed
in Greece in the VIIIth century B.C. Homeric works were learned by
heart by the students. Writing was almost never used, but rather any everyday
message required a mimetic poetry effort. This gave place to the development of
poetry in Ancient Greece, where rhyme was of great help for the quick and
effective memorisation of verses. This conception was eventually carried on to
Plato’s era (IVth century B.C.) with the name of dialectic poetry.
This was, let us say, the summit of Socrates’ methodology of refutation and
elenchus dialogue. This way, a different form or orality was born and developed.
This was an orality created by philosophers. Dialectic poetry, used exclusively
by Thales of Miletus and Socrates, had as its purpose to stimulate logical
thought in the individual. Indeed, dialectic poetry’s full development is the
basis of our so-called Western culture. The use of logic for learning and not
only pure and simple repetition of mimetic orality which is, as I have said
before, important but only using it sporadically and not giving it unlimited
importance, caused dialectic poetry to also influence the development of
writing. All written texts have to be somehow related to the world of sound,
which is language’s natural environment. It is true that writing has created
civilisation, but it is also true that “reading” a text means to turn it into
sounds, either out loud or inside one’s mind, syllable after syllable. Writing
never holds without orality, dialectic orality being the one that makes us
understand logically the inherent mechanisms in a given system, in our case, a
new language. However, without making it less important, mimetic poetry becomes
part of the Open System of dialectic poetry, and not the opposite. I make
myself clear: good memorisation depends on the good logic of the contents. It
is necessary to first be able to understand things in order to memorise them. Not
as was done in Homer’s era,
where children learned “by heart” several episodes of the Iliad and the Odyssey
in order to recite them in public without understanding anything at all about
its logical meaning. Fortunately, dialectic orality ended such state of things.
However, it seems that, with the fall of the Roman Empire and the beginning of
the Middle Ages, the method of dialectic poetry was left to oblivion.
I
hope this explanation makes clear that the role of the instructor in
accelerated language courses must be that of a facilitator and not of an
inhibitor. It is obvious that the participant’s knowledge of his mother tongue
facilitates the task towards his learning of the target language. The Chomskian
concept of “competence” is itself integrated to the vernacular language of the
participant. It is equally obvious that during the unfolding of the course, the
participant learns to apply his own instruction strategies. It is necessary that
the instructor develops the ability to allow the strategies, maybe innate, of
the participant determine our way of teaching in a specific moment and under
specific circumstances and that said participant determines our Open System as
well. It is more effective, because of the results’ speed, as well as for
psychological connotations already exposed, to learn to adapt to the needs of
the participant rather than imposing on him and inhibiting him with our
preconceived ideas about how to learn, what to learn, and when to learn it,
following the guide of a simple “textbook” conceived by then current “experts.”
I think that the idea is even more precise and explicit as stated by von
Humboldt: “Indeed, we cannot teach a language, but only create the conditions
in which it develops properly and spontaneously in the mind. We shall never be
able to improve our ability to create such favourable conditions until we know
more about the way in which the student learns and the characteristics of his
internal program.”
The latent language structure already described
by Eric H. Lenneberg leads us to conclude the
same statement regarding a Teaching/Learning Open System. Of course, I believe there
is a latent psychological structure which is waiting for the moment to be
activated when an adult tries to produce sentences and dialogues in the target
language he is learning. The participant’s own language is an essential part of
this latent psychological – and I would dare say physiological – structure. This
is also clear to me, as it is certain that the most “difficult” language for an
adult to learn is the second language, for all the information is at first
totally new for the participant who only speaks one language. But for those
participants who already master two languages, learning a third one is easier, and
a fourth one is even easier, etc. This is why, when people ask me which
nationality is “better” or “worse” when it comes to learning languages, I
emphatically reply that nationality is not a condition for that purpose, but
rather the number of languages a person masters already. It does not matter if
languages are correlated or not. I make myself clear: I have had participants
who spoke perfect Portuguese or French, for example, and given the similarities
between these two Latin languages and Spanish, the course has been easy for
them from the very start, results showing quickly. Likewise, I have had
participants who master Finnish, Russian, or Swedish, for example, and who have
been as quick as those who mastered Latin languages, for they were aware that
what they had to do at all times was to get fully and deeply involved with the
new linguistic system, and nothing else. Therefore, inhibitions, fears, and
other barriers in the participants who speak only one language do not exist and
learning becomes more fluent.
Similarly,
I have had participants who spoke seven or eight languages and, when they came
to me, reached level 3 in
50 sessions. If we
take into account that for each normal participant, reaching level 3 requires
150 sessions, one may very well appreciate the difference. Besides, I want to
add that those persons who learned in a rather vertiginous way came from
countries as different as the Netherlands, Iran, and South Africa.
Now
we may confirm that learning must conduce to a significant change of the
experience, in the words of David Ausubel: it must be a simple change of
behaviour. It must enrich the participant in all senses. Not only, as in our
case, for the acquisition of a new language in the short term, but also and
consequently, I would say, for personal development which provides the
participant with increasingly satisfactory and healthy self-confidence in his
development of the target language and directly in his whole personality. The
use of what I consider as the creative memory, together with the dialectic poetry,
is the basis of the Speech Spontaneity Process, which will be analysed later.
sábado, 3 de mayo de 2014
MEMORY/MEMORIA/HUKOMMELSE
WITH THE HARMONIOUS USE OF OUR VISUAL, AUDITORY AND KINESTHETIC MEMORY, THE PROCESS OF LEARNING A NEW LANGUAGE INCREASES DRASTICALLY.
CON EL USO ARMÓNICO DE NUESTRA MEMORIA VISUAL, AUDITIVA Y KINESTÉSICA, EL PROCESO DE APRENDIZAJE DE UN NUEVO IDIOMA SE INCREMENTA DRÁSTICAMENTE.
Med den harmoniske
brug af vores visuelle, auditive og
kinæstetiske hukommelse, stiger
processen med at lære et nyt sprog drastisk.
miércoles, 23 de abril de 2014
The
Hypnagological Method is an accelerative language teaching system. The essence
of this psychological approach to adult learning, is saving time, energy,
frustrations, etc., always involved in courses lasting several weeks, months or
even years. The various learning possibilities we offer take only few days. For
example, a Super-Crash course consisting of 10 days of immersion, or a Crash
course with a 7 day immersion, or Intensive course (5 days), and also
Half-Intensive (2 weeks). Finally a Weekend course (2 days).
Anyway,
what is important in this methodology is the constant use of the participant’s
visual, auditive and kinesthetic memory, without explanations of the target
language through descriptive grammatical rules. The participant will learn the new
language in a logical and rational way, working all the time with the proper
use of phonetics (pronunciation, intonation and rhythm), sintaxis (the correct
links of the learned words in order to express complete sentences), and
semantics (the correct links of phrases and sentences to create congruent
communications and ideas).
The results
we have had with these courses since 1990 in Costa del Sol and other parts of the
world, confirm day by day that the Hypnagological Method functions perfectly
well with any adult (linguistically speaking, an adult is considered from 12
years old), up to 82 years of age, regardless their nationality or educational
background, since learning a language is simply learning a habit.
Consisting
in 2 phases, the dynamics of the Hypnagological Method includes an Active Part
where the participant focuses exclusively in the logics, through language
transfer, of the target language. The Passive Part includes the use of
autogenic relaxation in order to give a feedback to all the learned material,
during the Active Part, at a subliminal level.
Due to the
previously outlined, the participant does not have to do any “homework” or
worry about descriptive grammar. This combination of the hypnagogic state
(Alpha state) with a logical and rational state of alert, is in the very name
of the method: Hypnagological.
El Método Hipnagológico es un sistema de enseñanza
lingüística acelerativo.
Den hypnagologiske Metode er et
accelererende sprogundervisnings system.
Det grundlæggende med denne
psykologiske fremgangsmåde til voksenundervisning er at sparre tid, energi,
frustrationer, osv, som kurser på flere uger, måneder eller endda år kan medføre.
De forskellige trænings muligheder som vi tilbyder, er kurser af få dages
varighed med optimale resultater. For eksempel: Super-Crash Kursus bestående af
10 dages intensiv undervisning, eller Crash Kursus med 7 dages intensiv
undervisning. Eller Intensivt Kursus (5 dage), og ligeledes Halvt-Intensivt (2
uger), og inklusiv Weekend Kurser (2 dage).
Kort sagt, drejer det sig om at bruge
deltagerens visuelle, auditive og kinetiske hukommelse, således er der ingen
grund til at forklare målsproget med beskrivende grammatiske regler, men
tværtimod, deltageren vil lære sproget på en logisk og rationel måde. Vi
arbejder med det korrekte brug af fonetik (udtalelse, intonation og rytme),
syntaks (det korrekte link til at få de lærte ord opbygget i rigtige sætninger)
og semantik (den korrekte sammenhæng mellem sætninger til at skabe et totalt
kommunikativt repertoire).
De resultater som vi har haft med
disse kurser siden 1990 på Costa del Sol og i andre dele af verden, bekræfter
gang på gang, at den Hypnagologisk Metode fungerer perfekt med enhver voksen
(sprogligt talt, hvor en person er betragtet som voksen fra 12 år), op til 82
års alderen, uanset deres nationalitet eller uddannelsesbaggrund, da det at
lære et sprog er intet mindre end at lære en vane.
Fremgangsmåden ved den Hypnagologiske
Metode består af 2 faser: den aktive del, hvor deltageren udelukkende fokuserer
på logik igennem Lingvistisk transfer til det pågældende sprog. Og den passive
del, som bruger Autogenic afslapning, er rettet mod at forstærke de ting der
blev lært igennem den aktive del, på et underbevidst niveau.
På grund af det tidligere skitseret,
behøver deltageren ikke ”at lave lektier” eller bekymre sig om beskrivende
grammatik. Denne kombination af at være i en hypnagogisk tilstand (Alpha
tilstand) med en logisk og rationel tilstand, er i sig selv navnet på metoden,
dvs. Hypnagologisk.
martes, 22 de abril de 2014
MÉTODO HIPNAGOLÓGICO - HYPNAGOLOGICAL METHOD - HYPNAGOLOGISK METODE
IT IS NOT YOUR APTITUDE, BUT YOUR ATTITUDE DEFINING YOUR ALTITUDE IN LEARNING LANGUAGES
SUCCESSFULLY.
NO ES TU APTITUD, SINO TU ACTITUD, LO QUE DEFINE TU ALTURA AL APRENDER CON ÉXITO IDIOMAS.
DET ER IKKE DINE EVNER, MEN DIN HOLDNING, SOM DEFINERER DIN HÖJDE I AT LAERE SPROG MED
SUCCES.
www.centroeleusis.net
jueves, 17 de abril de 2014
HIPNAGOLOGÍA/HYPNAGOLOGY/HYPNAGOLOGI
A NEW LANGUAGE... A NEW WORLD...
UN IDIOMA NUEVO... UN MUNDO NUEVO...
ET NYT SPROG... EN NY VERDEN...
UN IDIOMA NUEVO... UN MUNDO NUEVO...
ET NYT SPROG... EN NY VERDEN...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)